Blog - Calcular indemnización por lesiones en accidente de tráfico

Facturas y accidente de tráfico

 

Facturas y accidente de tráfico: adelántelo usted primero

Cuando se trata de conceptos como facturas y accidente de tráfico caben varias clasificaciones. Para este artículo vamos a dividirlas en tres grupos, en función del momento y el sujeto que deben haberse hecho cargo de ellas: hay facturas que el perjudicado ha de abonar si quiere que se le reintegren por la compañía de seguros a modo de indemnización, otras que ha de acreditar que había satisfecho antes de sufrir el accidente de circulación, y otras que son pagadas directamente por la aseguradora.

Dentro del primer grupo (aquéllas que han de ser asumidas por el accidentado antes de ser indemnizadas) nos encontramos por ejemplo aquellos gastos en que incurre un lesionado en accidente de tráfico durante su convalecencia (gastos de farmacia y ortopedia, gastos de transporte para acudir al centro de rehabilitación, etc). Para que los mismos puedan ser reintegradas es necesario que se den tres circunstancias:

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Gastos en accidente de tráfico

Gastos en accidente de tráfico, qué son y que no son

Cuando sufrimos un accidente, sobre todo si en el mismo resultamos con algún tipo de lesiones que nos incapacitan para desarrollar nuestras actividades habituales, es normal que acabemos teniendo una serie de gastos que no habríamos tenido de no haber tenido dicho percance en la carretera. Pero ¿cualquier desembolso tiene la consideración de gastos en accidente de tráfico?

Si hacemos un análisis precipitado podríamos pensar que sí, pero eso nos llevaría a situaciones extremas. Aquí va un ejemplo un poco sacado de tiesto, pero válido para que se entienda lo que quiero decir: Supongamos que tengo un accidente de tráfico en Tenerife, que un coche me ha atropellado mientras cruzaba la calle y me he roto la tibia y el peroné. En consecuencia me ponen una escayola y sólo puedo deambular apoyado en unas muletas. Pongamos que en mi vida habitual suelo comprar en un supermercado de las afueras, que es más barato, pero como no puedo conducir he de conformarme con hacer la compra en el abasto de la esquina, con el consiguiente incremento en el precio de la lista de la compra. Llevado a un extremo, podríamos considerar que dichos gastos suplementarios deberían tener la consideración de gastos en accidente de tráfico, pero de hacerlo así llegaríamos a extremos ciertamente surrealistas, como el del ejemplo.

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