Para poder cobrar una indemnización derivada de lesiones en accidente de tráfico es preciso que se den -y se acrediten- tres circunstancias que debieran resultar obvias:
El proceso para cobrar la indemnización pasa por acreditar los tres puntos anteriormente expuestos. Esto es, si quiero cobrar del seguro he de acreditar que he tenido un accidente, que la culpa del mismo no ha sido mía y que a raíz del mismo he resultado con lesiones en accidente de tráfico.
Esto puede resultar sencillo, hasta que nos encontramos con algo así: “Circulaba con mi coche y de repente otro vehículo se saltó el ceda el paso que le afectaba. Frené para evitar la colisión, cosa que conseguí. El otro coche ni se detuvo, y como en principio no había sufrido daños no apunté sus datos. A la mañana siguiente me desperté con un dolor muy importante en el cuello. Fui al hospital y me diagnosticaron un latigazo cervical. Me indicaron que hiciera rehabilitación, pero como llevo poco tiempo en el trabajo no quise coger la baja laboral. Meramente, cuando me duele mucho acudo a un fisioterapeuta amigo mío que no me hace facturas ni nada”.
Obviamente estamos exagerando, pero en FM Abogados Tenerife nos hemos encontrado con relatos no muy alejados de éste. En el caso del ejemplo el cliente no puede ni tan siquiera demostrar que ese latigazo cervical no se lo haya ocasionado al caerse en el baño, ya que no hay colisión directa, ni testigos, ni atestado, ni parte amistoso, ni tan siquiera datos del contrario. Aún menos puede acreditar que ese supuesto accidente de circulación se haya producido por la intervención culposa de un tercero. Y, para acabarlo de redondear, tampoco puede nuestro protagonista del ejemplo objetivar sus lesiones en accidente de tráfico, ya que no siguió un tratamiento que permitiera determinar los tres requisitos para cobrar una indemnización por daños personales, a saber:
Al aceptar, accederá a un servicio proporcionado por un tercero externo a https://calcularindemnizacion.es/