Si ha sufrido un accidente de tráfico en Tenerife y usted reside en Tenerife lo lógico sería que contratara a un abogado que tuviera experiencia en accidentes de tráfico y cuyo despacho físico estuviera ubicado en Tenerife. Obviamente, nadie le impide encargarle el cobro de la indemnización por dicho accidente a un abogado especializado en derecho mercantil con despacho en Santander (o a un charcutero de Urbekistan, que ya sé que no es lo mismo, pero para el ejemplo es igual), pero convendrán conmigo en que los resultados en principio no pueden ser los mismos que si se ocupa de dicho accidente de tráfico un despacho de abogados en Tenerife.
Nadie niega la gran proliferación que el comercio electrónico está teniendo en nuestros hábitos de consumo y las innumerables ventajas que éste conlleva. Hasta hace apenas una década era impensable adquirir productos y contratar servicios a través de internet, vencer ese inicial reparo a que nuestros datos bancarios quedaran expuestos o a ser víctimas de una estafa al no poder constatar con nuestros propios ojos que aquellas instalaciones que tan bonitas y lujosas lucían en una web en realidad no existían. No seremos nosotros quienes -desde un blog en la red- restemos méritos o funcionalidades a la contratación ónline.
Nada más lejos de nuestra intención. Lo único que queremos transmitir en este artículo es que hay determinadas relaciones profesionales -y personales, pero eso ya es otro tema- que precisan de la inmediatez y la verosimilitud que da el poder acudir al despacho de tus abogados en Tenerife cuando tienes un problema y cara a cara interactuar con los mismos, y no esperar a que alguien en algún lugar encienda un ordenador o dispositivo con conexión a la red y responda de manera fría a un mensaje que a su vez ha tenido que comprimir su propia emotividad y urgencia en unas cuantas líneas de texto.
No quiero restar mérito ni cuota de participación a los abogados que ofrecen sus servicios desde un despacho ubicado a miles de kilómetros de sus e-clientes (en el caso de Tenerife, además, con un océano de por medio) o que incluso carecen de despacho. Es lícito que la tramitación de un expediente judicial como un divorcio de mutuo acuerdo o la reclamación de indemnizaciones por accidente de tráfico se pueda gestionar de forma telemática o mediante correo ordinario. Dicho lo cual, me considero en el mismo derecho y en forma de opinión personal a hacer notar la diferencia entre comprar un lavaplatos marca Z modelo X a través de la web de unos grandes almacenes en Cádiz y el hecho de tener que confiar miles de euros o incluso nuestro patrimonio y relaciones paternofiliales a alguien a quien nunca podremos estrechar la mano. En el primer caso se puede devolver el producto si viene defectuoso, el segundo caso no tiene arreglo. Ello por no hablar de los imponderables -que en derecho hay muchos – como que de repente el juzgado otorgue un plazo para que el abogado titular del expediente comparezca en el juzgado de Tenerife para celebrar una comparecencia.
Por todo ello considero que determinadas relaciones cliente-profesional (sobre todo las que se basan en la confianza) pueden complementarse con fórmulas de contacto telemáticas, pero éstas nunca pueden suplir totalmente el trato directo. Así como cuando necesita pedir ayuda piensa primero en las personas físicamente más cercana, entiendo que si precisa ayuda por un accidente de tráfico en Tenerife debería confiar en abogados en Tenerife.
Fuente/Aportación: FM Abogados Tenerife
Fecha: 31/01/2014
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