Los accidentes de tráfico son muy comunes, pueden ocurrir en cualquier momento. No son predecibles, porque hay una cantidad de factores de riesgos implicados en la simple acción de conducir un vehículo.
Por lo tanto, aunque tomemos precauciones a la hora de conducir con tráfico, un fallo del vehículo, un error nuestro o de terceros, podría desembocar en un accidente de magnitud incalculable.
Las razones por las cuales ocurre un accidente de tráfico están relacionas con tres factores principales. Primero, el factor humano, es decir, la persona, de acuerdo a la legislación española, incurría en un delito contra la seguridad vial, como, por ejemplo: exceso de velocidad, efectos de la ingesta de alcohol y/o drogas, etc., Segundo, la mecánica o, en concreto, fallos en el funcionamiento del vehículo que impiden alguna acción necesaria y ordinaria del auto. Tercero, factores ambientales, que reducen la visión del conductor o el control total de una situación de riesgo que desemboca en un accidente.
Como ya se viene señalando, existen muchos factores de riesgo, más allá de los principales, que son un indicador en concreto de la necesidad de los conductores de vehículos de adquirir un seguro de accidentes, por asuntos básicos como, prever gastos posteriores a un accidente, como hospitalización, atención médica, manutención familiar en caso de fallecimiento, invalidez permanente, entre otras consecuencias que podrían representar gastos importantes.
Un accidente de tráfico, como cualquier otro accidente, significa el punto de inflexión en la vida de las personas involucradas. Existirá siempre el “antes” del accidente y el “después”, ya que, cualquier lesión transforma el aspecto físico, en la mayoría de los casos y el aspecto psicológico en la totalidad de los casos, y es precisamente, el aspecto psicológico el que juega un papel esencial en la recuperación y aceptación de la realidad post-accidente. Veamos las lesiones físicas más comunes que producen los accidentes de tráfico:
La seguridad vial es un bien jurídico protegido por el Estado. Un delito contra la seguridad vial lo constituye la acción o conjunto de acciones que entorpece la correcta circulación de los demás conductores. Si se demuestra que el accidente fue producto de un delito contra la seguridad vial, la persona podría, en caso de haber producido daños en otras personas, pagar condena en la cárcel, además de perder el permiso de conducir por cuatro años o más, dependiendo de la gravedad del accidente causado. Estos delitos se encuentran tipificados en el Código Penal español, en el Capítulo IV (de los delitos contra la seguridad vial), artículos 379 a 385.
En caso de que en un accidente, cuando la situación no resulte tan compleja, las personas suelen llegar acceder a “el parte amistoso de accidente”, en la que las partes involucradas: víctima y victimario, llegan a un acuerdo, interviniendo en estos caso, las compañías de seguro de ambas partes. Es un acto extrajudicial en el que las indemnizaciones corren por parte de las compañías de seguro con las que los involucrados tienen contrato.
En caso de resultar lesionado producto de un accidente de tráfico, y se determina la responsabilidad en otra persona, el afectado tiene un plazo de 6 meses para llevar a cabo la denuncia penal, por daños personales.
Esto implica la solicitud de indemnización que se determinará dependiendo de la gravedad si el accidente causa en la víctima la muerte, lesiones permanentes o la incapacidad temporal.
Por ejemplo, en caso de lesión en la columna vertebral, la persona afectada está en su derecho de solicitar indemnización, correspondiente a gastos médicos, gastos de recuperación, pérdida de ingresos, dolores, discapacidad permanente y angustia emocional y estrés. Para estos casos se le recomienda a la persona afectada, contratar los servicios de un abogado, con la finalidad de acelerar el proceso y garantizar los derechos inherentes.
La compensación que recibe la victima estará compuesta, por el importe en que se estimen los daños y perjuicios. Daños que incorpora lo material y físico, también, los intereses que las cantidades establecidas como indemnización devenguen desde la fecha en la que ocurrió el accidente.
Una persona que ha sufrido un accidente de tráfico, en primer lugar desarrolla lo que se denomina: Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT). El daño psicológico, corresponde a uno de los baremos más recientes dentro de la legislación de España.
En este caso el especialista en psicología determina el daño psicológico causado a raíz del accidente. Además del Trastorno de Estrés Postraumático, la persona afectada puede desarrollar Trastornos Neuróticos, en los que se manifiestan recuerdos angustiosos, involuntarios e intrusivos sobre el accidente, sueños angustiosos e insomnio, pesimismo, desinterés por participar en otras actividades dentro del hogar o fuera de este, conducta irritable y momentos de furia. Estos trastornos se pueden manifestar hasta por el lapso de un año.
Cuidar tu seguridad vial es cuidar la seguridad vial de todos. No conducir tras haber ingerido alcohol es algo que todos tenemos que saber. Esperamos haberte ayudado con este artículo.
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