Implante roto en accidente de tráfico

Implante roto en accidente de tráfico, problemas comunes

Si resulta con un implante roto en accidente de tráfico tenga en cuenta estos consejos, ya que la rotura o desplazamientos de prótesis implica problemas.

Es cada vez más habitual el uso de implantes o prótesis por parte de los particulares, por lo que está creciendo de manera importante el número de personas que pueden acabar con un implante roto en accidente de tráfico o bien con un desplazamiento de las prótesis mamarias o de glúteos. En el caso de los implantes mamarios, el propio cinturón de seguridad tras una colisión es el que normalmente propicia bien la rotura, bien la lateralización de los implantes.

Obviamente, ese implante roto se debe restituir, o bien reubicar en caso de desplazamiento. Y resulta lógico pensar que quien se debe hacer cargo del montante económico de dicha intervención es la compañía de seguros responsable del siniestro… pero esto no es del todo cierto.

Para abordar el problema hemos de responder a una pregunta que puede no parecer relevante, aunque lo es por lo que luego se explicará: ¿Un implante roto en accidente de tráfico ha de tener la consideración de daño personal o de daño material? Esto es (y perdón por la comparación) ¿es equiparable a una rotura de tibia o a una rotura de teléfono móvil?

La pregunta no es baladí, ya que si consideramos a estas prótesis com una parte orgánica de nuestro cuerpo, la aseguradora que ha de cubrir la intervención del implante roto en accidente de tráfico no es la del responsable, sino la nuestra. Esto implica una ventaja y un inconveniente. La ventaja: que no deberemos anticipar nosotros el importe de la operación, ya que nuestro seguro correrá con todos los gastos. La desventaja es que en muchas poblaciones ninguno de los centros médicos concertados tienen un departamento encargado de la sustitución o reparación de prótesis, y en el mejor de los casos se deberá acudir a un centro de cirugía estética y convencerle de que acepte una rebaja en sus facturas para adaptarse a las exigencias de los seguros.

En cambio, si entendemos que ese implante dañado en el accidente de circulación es un objeto (o bien si no conseguimos que nadie realice la operación con cargo a nuestro seguro), nos veremos forzados a sufragar nosotros la intervención y reclamarla luego a la compañía de seguros del causante. Si no disponemos del suficiente dinero, tendremos dos opciones: pedir un presupuesto de lo que costaría la operación (aunque esto no siempre es garantía de que nos la abonen, ya que de contrario se puede alegar que pudiera darse el caso de que nos embolsemos el importe de la misma y luego no lo destinemos a dicha intervención) o -mejor- solicitar un anticipo de la indemnización, con el mismo proceder a pagar la operación de restitución o recolocación del implante roto en accidente de tráfico, y posteriormente incluir dicha factura a la hora de efectuar la reclamación de la indemnización definitiva.

Fuente: FM Abogados.